viernes, 5 de noviembre de 2010

Maquetas, mandarinas y yonkis del café


Impresiones de un salón... pongamos por ejemplo, el XVI Salón del Manga de Barcelona.

Comienza esta historia con una funesta predicción del tarot. Alguien iba a caer en el onanismo.
Después el avión despegó y descubrí una cosa curiosa: no todo el mundo odia a las sirenas.

Perdidos en la inmensidad de lo que podría considerarse una versión real de la Capital del Dinero (金京), conseguimos encaminarnos hacia nuestro destino. Pudo esperarnos una sublime noche de indigencia y gripe A, pero nos encontramos con el lugar que buscábamos.

Nos esperaba lidiar con un ser relleno de ego...

Y así fue cómo, después de matar al dragón, la princesa salvó al caballero y vivieron felices para siempre. Así sería la versión del mundo real, pero la gente está demasiado apegada a la versión fantástica.

Bien, pasemos al salón:
LAS 3 MEJORES COSAS DEL SALÓN DEL MANGA 2010
1-Bang
2-Drogas
3-Esquizo

LAS 3 PEORES COSAS DEL SALÓN DEL MANGA 2010
1-Escasez de encuentros
2-Enfermedad
3-Dinero

Y seguro que me olvido de algo, pero, para el caso, así bien vale.

Fotos no os pongo, que sois todos unos moralfags...

Una cosa curiosa acontecida allí fue el (de nuevo) reencuentro con mi desaparecida hermana pequeña. Esta mujer no habla... de haberlo hecho, yo me habría dado cuenta de que era ella antes de volver a casa y ver su perfil de facebook >>. Mi amor de hermano es infinito, todo sea dicho.

Otra cosa curiosa fue la aparición de la mujer hentai. Mis sinceras sospechas son que está hecha de caos. El universo es, ciertamente, un lugar misterioso.

Y, finalmente, debemos hablar del momento más GAR (a.k.a. extremadamente masculino y viril) de todo el salón: Bang Shishigami en taparrabos.
Una pena que la foto no saliera más centrada, eso sí. Ahora, mientras me pregunto por qué de repente me sale el texto azul, me dispongo a cerrar la entrada de hoy. Nos vemos y no olvidéis ejercitaros mucho. Algún día...

... no, ni de coña. Nadie puede ser tan viril como Bang Shishigami >>.
Nos vemos!

Este mundo es un mundo de dinero y naranjas

El universo es una entidad presuntamente amorfa que, sin saberlo nosotros, los pobres mortales, se encuentra en continua conspiración para mantener un equilibrio enfermizo. Por esta razón, por cada causa en este gran universo existe una consecuencia, por cada acción existe una reacción, por cada gafapasta o pedante pretencioso existe una persona inteligente... espera, ¿en serio?

Mierda, al final parece que la ley absoluta del universo no es tan genial como parecía...

Para el caso, alguna gente se dedica a inventar complicadas teorías conspiratorias al refugio de la calefacción de su oscuro cuarto envuelto en sueños y exploración de la intimidad. Otros, de vez en cuando, encuentran tiempo por ahí y, en vez de entregarlo en la comisaría de policía más cercana (o cualquier otra, tampoco vamos a hacer apología del comfort), deciden usarlo para sus siniestros fines cual villano en su cueva. Y luego está mi favorito; aquel que recuerda, en la seguridad de su torre de marfil de la que es el indiscutible amo y señor, el tiempo de fantasía en que una vez tuvo todo lo que jamás pudo desear: gloria, dinero, mujeres... hombres, según el caso... y llora su absurda soledad mientras escribe poemas autocompasivos. No me refiero a nadie en especial, simplemente escribo cosas. En realidad quiero a todos y cada uno de esos malditos bastardos, sumidos en un mundo de dinero y naranjas.

Dinero. ¿Por qué dinero? ¿Qué pinta el dinero en este universo de equilibrio perfecto? El dinero es la causa y solución de todos los problemas de la humanidad. Si no fuera por su dorada guía y su brillo inspirador, ¿os imagináis qué sería de nosotros? Posiblemente el progreso tal y como lo conocemos habría sido imposible. Los humanos habríamos estado tan ocupados desarrollando facultades fútiles como la empatía y la cooperación que no nos quedaría tiempo para inventar la bomba atómica. ¡Imaginaos qué horrible pérdida, maldita sea! Y, ¿qué me decís de la individualidad, del ego enfermizo y engañoso que nos arropa cada noche y nos da tranquilidad? Es gracias al dinero que no hemos caído en el comunismo teórico o el vitalismo nietzscheano. Menos mal que podemos seguir recelando unos de otros.. ¡qué puto alivio!

Naranjas. ¿Naranjas? En efecto. No piñas ni manzanas, ni siquiera plátanos. ¡NARANJAS! Las naranjas nos lo han dado todo. Sin naranjas en nuestra vida diaria, no tendríamos el aporte necesario de vitamina C que se necesita para sobrevivir al cataclismo que es la sociedad actual. Las naranjas son importantísimas, mucho más que el dinero. Sin ellas y su espíritu heroico posiblemente estaríamos muertos o, peor aún, nunca podríamos pilotar un Super Robot. Todos sabemos que, si la humanidad todavía no se ha ahogado en su propia mierda es por la facultad que algunos humanos tienen de pilotar Super Robots. La gente que expulsa fuego en cada puñetazo, que grita mucho y que es capaz de morir ciento y pico veces y seguir en pie, todo para derrotar al enemigo. Pues bien, esa vitalidad viene de las naranjas, ¡así que ya estáis dando gracias si no queréis que taladren el cielo y se vayan a proteger el universo, hijos de perra!

Y así están las cosas. El mundo es así y no hay vuelta atrás. A quien no le guste, ya puede ir acostumbrándose o coger un taladro y poner fin a la inquietud de que, en cualquier momento, se nos puede caer el techo encima y matarnos a todos. Recordad que este mundo es un mundo de dinero y naranjas.

viernes, 5 de marzo de 2010

Miedo al triunfo

Paranoia

Todo el mundo tiene miedo. A veces, se temen cosas físicas como las abejas, los perros, las paredes... otras, cosas inmateriales, como el amor, la obesidad o el concepto de 'hola'. Sin embargo, por diversos que sean estos miedos y temores, todos los hombres y mujeres parecen tener un miedo en común: el miedo a triunfar.

Así es. La gente tiene impresa en su genética la voluntad de ser un fracasado. Por eso son tantos los que pasan por el mundo sin dejar huella ni en su familia y tan pocos los que son vitoreados por sus grandes hazañas. Algunos dirán que es cuestión de suerte; otros, que de talento; otros querrán despellejarme vivo y tirarme a un nido de hormigas africanas devoradoras de carne... lo que no cambia es el hecho: no lo han intentado. Obviamente, si no intentas hacer algo, jamás lo consigues. No puedes ser un gran compositor de piano si no... vamos, compones. Hay que hacer algo para obtener algo... incluso hay que tomarse en serio el no hacer nada para ser un gran vago. Los mejores vagos de la historia (véanse Sócrates, Diógenes o Musashi Miyamoto) han elaborado complejas teorías sobre la vagancia y son, de un modo o de otro, recordados y aclamados por ello. Es porque existe o, mejor dicho, nosotros los humanos creamos, el ridículo. El sentido aprendido del ridículo nos impide hacer grandes cosas. No es que no quieran triunfar los humanos; más bien es que, en el fondo de sus corazones, están cagados de miedo. Por eso, para empezar, no emprenden grandes hazañas, no ponen toda su energía en lo que hacen y, de ponerla, ésta se presenta dispersa y en lucha constante consigo misma. No sólo se conforman con vivir atrapados en su temor, sino que sienten el deber ineludible de contagiárselo a los otros, ya sea por envidia, porque creen que es lo correcto o, sencillamente, por estupidez pura. La gente - vive - con miedo - a triunfar.

¿Por qué?
Hasta aquí por hoy. Ejercitáos mucho.

martes, 2 de febrero de 2010

Historias de mi infancia (volumen 2)

Absurdez

No hace mucho tiempo (al menos, en escala absoluta) hubo por aquí una entrada donde relataba las historias que hacía yo hasta los (aprox.) 7 años. Bien, bien, pues ahora y por fin os voy a deleitar con las maravillas que posteriormente llegaron a mis mientes. Hablamos, ¿por qué no decirlo?, de las historias que hacía entre los 7 y los 13 años... y aquí van:

El Gran Raptor
Casualmente poco después de esto, los majetes de Warner Brothers sacaron todo el asunto de Jurassic Park, lo cual vino a mi universo ficcional incipiente como una importante publicidad y una manera fácil y eficaz de ganar seguidores (y de hecho los gané y muchos xD). El asunto por ahora era el siguiente: el Gran Raptor, candidato a dios en la Dimensión X con corazón de carbón y aires tiránicos, hacía lo imposible por establecer su dominio en el mundo humano. Por desgracia para él, los humanos demostraban un sentido lógico bastante pobre y no faltaban supuestos héroes justicieros que le saltasen al paso. Por suerte, allí mismo se descubrió al hijo perdido del Gran Raptor, quien se desvive por instaurar la ley de la inteligencia.

La tierra de los círculos
En esta saga existe un mundo paralelo al real, conocido como Tierra de los Círculos (llamada así por la inmensidad de muros naturales en forma de círculo que se forman, separando el mundo en varios niveles como los de un juego de rol antiguo. Los protagonistas son transportados por casualidad a este mundo y, dotados de poderes provenientes de unas pistolas mágicas, son llamados a pelear contra Esférico, quien tiene secuestrado al rey legítimo de la Tierra de los Círculos y la gobierna con mano de hierro. Tras el éxito en su primera misión, los protagonistas vuelven a ser requeridos en múltiples ocasiones, cada vez para enfrentarse a una nueva amenaza (el retorno de Esférico en la segunda parte, el ataque del Antitamagotchi en la tercera y la resurrección de éste como el Señitis en la cuarta). Cada malvado ejerce una influencia perniciosa en el ambiente, transformando a la gente y a los objetos en monstruos maléficos que obstaculizan la misión de los protagonistas.

Clever Dinosaurs
El científico Amamomo, un genetista friki de los dinosaurios, decide crear un grupo de heroicos guerreros combinando ADN humano con el de dinosaurios. El resultado son los Clever Dinosaurs, quienes luchan contra los males del planeta y, muy especialmente, contra los Lagartos de Rémenik, sus enemigos jurados. Curiosamente, poco después de hacer yo esto salieron a la luz en las teles de toda España un grupo de héroes muy parecido: los Power Rangers.

Defensores de la Tierra
Tras este inocuo título se esconde un grupo heroico predecesor de los Clever Dinosaurs. Jotug Scan, Adrón Sitón, Joscojón y Jatug Nomof, entre otros, son individuos excepcionales que, una vez hacen contacto con unos dragones ancestrales, ganan el poder de controlar unas máquinas igualmente ancestrales con atribuciones elementales: los Arkadyers.

La Tierra Guay
Al Norte del Planeta Guay del sistema Variable, envuelta por las Montañas Guays, se encuentra la Tierra Guay, un lugar absolutamente cartoon. Símbolo Guay (un guante enorme en posición de victoria pegado a una estrella roja y azul) es rey y dios del lugar, compartiendo el panteón de la Dimensión X con otros dioses como el Gran Raptor y Rémenik. En esta tierra impera el valor social absoluto de 'ser guay', implícito en la naturaleza de estas gentes. Su contrario, 'ser idiota', va implícito en la naturaleza de sus enemigos, los cacosos, habitantes del Planeta Caca. Algunos de los personajes que más valientemente combaten a los cacosos que intentan invadir la Tierra Guay son, además del propio Símbolo Guay, el rockero Súper Rock, Guaydor, Yelmus y Cartel (literalmente, un cartel con patas). Algunos cacosos, de hecho, acaban venciendo su limitación natural y se convierten en guays, como Cagar Mal (una caca con patas y una varita mágica) o Nariz de Cerdo (de hecho, una nariz de cerdo que a veces usa una capa violeta como si fuera un superhéroe). La última batalla de los cacosos en la Tierra Guay, encabezada por Cácol, lleva a los guays a destruir el propio Planeta Caca, aunque eso provoca el ataque de unos enemigos mucho más poderosos: los Ténebr. Todo esto tiene, por cierto, forma de cómic con títulos tan célebres como Símbolo Guay, Símbolo Guay 2, Símbolo Guay Fighter, Talmit A, Súper Guay y Súper Rock, Guerra en la Tierra Guay, Objetivo: Planeta Caca, Súper Rock y Súper Pequeñi en el Planeta Caca, El Castillo Caca, Nuevas aventuras en el Castillo Caca y El ataque de las Tinieblas.

El cuento del idiota
Realmente titulado Las aventuras de los monicacos y los dinosaurios, pero ganó más fama el primer nombre por alguna razón. Un idiota pasa un día por el pueblo de unos monicacos del tamaño de hormigas (quizá un poco más grandes) con dinosaurios a juego. Éstos, al sentirse claramente amenazados por el idiota, planean algo para acabar con él. Tras esto, un volcán entra inesperadamente en erupción y los monicacos con sus dinosaurios no tiene más remedio que volar (literalmente). Tras una serie de aventuras sobre el nivel del suelo, llegando a luchar en el espacio, vuelven a su tierra para enfrentarse a una versión mejorada del idiota, fortalezido por el volcán.

Las aventuras de Stum Residuous
Stum, príncipe de Chómokol, viaja por la Dimensión X con su tripulación en busca de un remedio para la inminente desaparición de su contaminada tierra, el sistema Chemical. En sus andanzas, él y sus compañeros se enfrentan a diversidad de villanos random que se van casualmente encontrando.

Pichato de Pipi
La ciudad de Pipi es famosa por su alcalde, Pichato, del que se dice que es un cagador invencible. Muchos extranjeros acaban acudiendo a la ciudad y quedándose en ella debido a la grandeza (metafórica) de la misma y de sus habitantes.

Las vidas de Hipermax
Hipermax, de la familia de celebridades tales como Súper Enorme, Híper o Extra, era en su origen un espíritu destinatario poco apreciado por sus compañeros en el Palacio Destinal. Un día, decide hablar con el Destino para obtener una vida mortal y éste, tan cachondo mental como es él, le otorga varias... pero, por alguna razón, todas tienen que ver con la mafia. En su primera vida, Hipermax termina pidiendo limosna y reclutado por la mafia para obtener un cristal que otorga la inmortalidad. En la segunda, la agencia raptoriana de detectives ASDIOCCIAS lo contrata para tareas de exploración, en las que se encuentra con un cajero realmente plasta llamado Rico. El resto de sus vidas son por ahora una incógnita, excepto quizás para el propio Destino.

En general, todas las historias de esta época se encuadran en el universo de la Dimensión X, un lugar donde todos los sucesos y personajes son enimentemente cartoon y, por tanto, representaciones fieles y mucho más auténticas de los humanos. Seguramente haya muchas más historias en la Dimensión X, como la guerra de los dioses o las diversas andanzas de otros personajes menos importantes, pero esto es lo básico de lo básico y lo que hay que saber para hacerse una idea de cómo eran mis historias en aquella época.

Y así, cada vez nos acercamos más a la era LOM.

lunes, 11 de enero de 2010

Todos tendrán ocasión de ser estafados

Paja mental


Más aún que la continuación topical que todo atontado de bovina mente podría hacer con las cinco manos y los siete pies atados a la espalda, y ésta atada al pene, casca el hecho de que, cuando una serie es magna, magna, magnísima, tenga un final pésimo y horrible, hecho a toda prisa por un par de ineptos trasnochadores con poco cerebro en el alcohol :suspect: . Ya había pasado con taaaaaaaaan insignes series del calibre de Kannazuki no Miko (cuyo final es simplemente vomitivo y totalmente invalidador de toda la maravilla que pudieron ser los 12 capítulos anteriores), ocurre de nuevo con Shikabane Hime. Y es que toda la lógica de la serie se quiebra en los dos últimos episodios. Los planes malignos de... el más malo de la serie proceden con perfección, dado que, en realidad, los más mentirosos son los jefes de los buenos, pero ñe. Al final viene dios a verlos a todos y, como el malo era malo, arderá en el infierno y además se descubre misteriosamente que era un debilucho de mierda. ¡Tío, si no se te ocurre un buen final, no lo hagas! Pero como hay unos putos plazos impuestos por una puta empresa jodidamente capitalista que sólo quiere putas pelas y hacer puto negocio, hay que joderse, ¿verdad? ¿A quién cojones le importa el arte? A su puta madre y gracias. Total, como hay crisis... hay que robar hasta la última puta pestea de las arcas de los demás. ¿No se te ocurre que, quizá, los demás quieran invertir esa peseta en algo más productivo que ver cómo una serie genial se va a la mierda en un capítulo y medio? Cooperad un poco, coño...

La cuestión reside en el ejemplo. Así ocurre con cualquier cosa en la actualidad. Dime tú a quién le importa que tal o cual cosa quede bien, transmita esto o lo otro, sea adecuada o haya que cambiarla, nos aporte beneficio, estabilidad o progreso. Igual que el honor y la largueza, son valores, por lo visto, caducos y actualmente más allá de la decadencia. No importa otra cosa que estafar cuanto más se pueda a cuantos más putos pringaos se pueda, para al final ser estafado por otro que, casualmente, puede robarte lo que tanto te ha costado a tí robarle a otros. Una vez me dijeron que, sin duda, yo estaba feliz de ser humano porque lo soy y que no preferiría ser, por ejemplo, un jabalí. Sinceramente, a veces envidio a los jabalíes.