viernes, 5 de marzo de 2010

Miedo al triunfo

Paranoia

Todo el mundo tiene miedo. A veces, se temen cosas físicas como las abejas, los perros, las paredes... otras, cosas inmateriales, como el amor, la obesidad o el concepto de 'hola'. Sin embargo, por diversos que sean estos miedos y temores, todos los hombres y mujeres parecen tener un miedo en común: el miedo a triunfar.

Así es. La gente tiene impresa en su genética la voluntad de ser un fracasado. Por eso son tantos los que pasan por el mundo sin dejar huella ni en su familia y tan pocos los que son vitoreados por sus grandes hazañas. Algunos dirán que es cuestión de suerte; otros, que de talento; otros querrán despellejarme vivo y tirarme a un nido de hormigas africanas devoradoras de carne... lo que no cambia es el hecho: no lo han intentado. Obviamente, si no intentas hacer algo, jamás lo consigues. No puedes ser un gran compositor de piano si no... vamos, compones. Hay que hacer algo para obtener algo... incluso hay que tomarse en serio el no hacer nada para ser un gran vago. Los mejores vagos de la historia (véanse Sócrates, Diógenes o Musashi Miyamoto) han elaborado complejas teorías sobre la vagancia y son, de un modo o de otro, recordados y aclamados por ello. Es porque existe o, mejor dicho, nosotros los humanos creamos, el ridículo. El sentido aprendido del ridículo nos impide hacer grandes cosas. No es que no quieran triunfar los humanos; más bien es que, en el fondo de sus corazones, están cagados de miedo. Por eso, para empezar, no emprenden grandes hazañas, no ponen toda su energía en lo que hacen y, de ponerla, ésta se presenta dispersa y en lucha constante consigo misma. No sólo se conforman con vivir atrapados en su temor, sino que sienten el deber ineludible de contagiárselo a los otros, ya sea por envidia, porque creen que es lo correcto o, sencillamente, por estupidez pura. La gente - vive - con miedo - a triunfar.

¿Por qué?
Hasta aquí por hoy. Ejercitáos mucho.